Época: Babilonia
Inicio: Año 1595 A. C.
Fin: Año 1156 D.C.

Antecedente:
El periodo mesobabilónico

(C) Federico Lara Peinado



Comentario

Parte del interés del palacio de Dur Kurigalzu radica en los restos de sus pinturas murales, muy mal conservadas, correspondientes a su última fase de ocupación: en una gran sala del Palacio A aparecieron los restos de sus paredes y techos pintados con cables trenzados, frutas y racimos, todo ello en tonos blanco, rojo y azul; por otra parte, en las galerías del sector nordeste del Palacio H se rescató el único resto de pintura cassita figurativa, lo que parece ser una procesión de dignatarios, tocados con una especie de turbante blanco, y vestidos con túnicas ajustadas de manga corta, y policromía elemental.
La repetición de las figuras, humanas o vegetales, la tosquedad del dibujo coloreado (torsos frontales, rostros de perfil, ojos también de frente) hacen que todos estos restos sean sólo prueba de la existencia de pintura mural entre los cassitas antes que una obra de arte.

Lo mismo cabe decir de los escasos restos pictóricos hallados en los Templos bajos, próximos a la ziqqurratu de Aqar-Quf, de temática geométrica y floral.

Es también lamentable que los cassitas, a pesar de haber permanecido en el poder más de cinco siglos, hayan dejado tras sí tan pocos ejemplares metálicos y obras de orfebrería, a pesar de haber sabido acopiar metales, gracias a sus contactos con Egipto (Kurigalzu I pudo levantar su nueva ciudad en parte por el metal egipcio), con Hatti e indirectamente con Grecia (en Dur Kurigalzu se ha encontrado un lingote con forma de piel de buey micénico, y en Tebas varios sellos cilíndricos cassitas).

De arte menor, y sin que se puedan fijar cronológicamente, poseemos una cabecita en cobre (4,5 cm) con ojos de concha incrustada (sólo resta el izquierdo) y una estatuilla de cobre (7,4 cm; Museo Británico) de la diosa Lama, que seguía la iconografía tradicional, piezas ambas halladas en el Templo de Ningal en Ur, que había construido Kurigalzu I.

Junto a ellas hay que recoger algunos sellos de estampa, fabricados en cobre y en plomo (Museo de Estambul) con el tema de la diosa con el vaso manante; algunas cápsulas de oro de los sellos cilíndricos, así como un brazalete de oro (5 cm de diámetro; Museo de Iraq) hallado en lo que pudo haber sido el Salón del trono del palacio de Dur Kurigalzu, pieza granulada y rellena con pasta vítrea azul.